El romancero
está compuesto por distintos poemas con octosílabas indefinidas, estas con rima
asonante en sus versos pares. También existen romances de seis o siete
silabas.
El más antiguo
de los romanceros de los que se conservan hoy es el “Gentil Dona”, siendo este
copiado alrededor del año 1421 y es conservado en la Biblioteca Nacional de
Florencia.
El cancionero
de Estuñiga (1460-63) reúne una recopilación de romances de Carvajales; por
otro lado, el Cancionero de Herberay des Essarts (1475-1500)
a partir del
siglo XVI se imprimen los romanceros en pliego sueltos, hasta que se publicó
por primeras vez todos en un solo libro titulado “El Cancionero General” cuya
recopilación fue elaborada por Hernando del Castillo, seguido posteriormente
por otras obras el “Libro de los Cincuenta Romances y posteriormente por el
“Romancero General”, estos por mencionar los más conocidos.
El romancero
contaba con una antigüedad no calculada, y en el siglo XVIII, surgió la
hipótesis de que el Romancero Surgía en el Siglo XIII, pero lo recopilado hasta
la fecha de hoy solo incluye información desde el siglo XV.
La
Clasificación de los romances es muy interesante, entre estos están:
• Romances trovadorescos: poemas de composición
muy culta.
• Romanceros Épicos: Inspirados y muy parecidos a
los cantos de gesta.
• Romanceros
Novelescos: Que siguen la tradición hispánica
• Romanceros Históricos: estos están basados en
temas contemporáneos.
Al estudiar El
Romancero nos encontramos con un libro (biblia de recopilación) de sorprendente
rasgos formales, algunos poseen fragmentos líricos, muchos presentan
alternancia de tiempos verbales, repetición de sintagmas al comienzo del poema
y otros presentan diálogos exquisitos.
Desde sus
orígenes parecen modificados. Estos han sido incluidos en libros y música que
pudieron modificarlos oportunamente.
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